Cuando la lava es el problema

Contrario a lo que estamos acostumbrados a ver en las películas en donde explota un volcán y salen de él ríos de lavas a gran velocidad de las que todo el mundo huye, en realidad las coladas de lava son quizás los productos volcánicos que menos peligro representa para la vida humana. Una persona podría alejarse caminando a paso normal de una colada de lava sin que represente peligro alguno para su vida.

Sin embargo, la lava si puede llegar a destruir todo lo que encuentre a su paso, como viviendas, rutas, bosques, etc. Esto lo saben muy bien los Hawaianos, quienes durante los últimos 30 años en que ha estado activo el volcán Kilauea, han tenido que ver en reiteradas ocasiones cómo la lava gana terreno sobre sus casas y sus calles.

RIFT_062 Desde Abril de 1990 hasta febrero del año siguiente, lavas del Kilauea cubrieron todas las calles del pueblo de Kalapana, incendiando casas y autos y enterrando parques, calles y otras infraestructuras en una capa de roca volcánica (basalto) de hasta 26 metros.  Foto de J.D. Griggs, USGS.

Los últimos meses de este año no han sido la excepción, y ya hemos visto algunas imágenes impresionantes de cómo grandes coladas de lava del Kilauea han llegado hasta zonas pobladas en la Isla grande de Hawai’i. Toda la historia empezó cuando el 27 de Junio de este año, una colada de lava fue emitida desde uno de los conos del volcán Kilauea, el Puʻu ʻŌʻō, y hoy casi 5 meses después, la lava ha llegado hasta la comunidad de Pahoa, donde viven poco más de 1000 personas. En la siguiente imagen se muestra el avance cronológico de los últimos meses de este flujo de lava que ya ha alcanzado la estación de buses de Pahoa y una vivienda.

image-197Flujo distal del 27 de Junio cerca al área de Pahoa. El área del flujo del 12 y 13 de Noviembre se muestra en color rosa mientras que el ensanchamiento y avance del flujo se muestra en color rojo. Foto: HVO/USGS.

El flujo de lava se encuentra actualmente a pocos metros de la calle principal de Pahoa y ya algunos residentes han tenido que evacuar sus viviendas junto a sus familias:

«Es surrealista, es muy surrealista. Ni en mis peores sueños de niña pensé que estaría alguna vez huyendo de la lava» Denis Lagrimas.

usa-hawaii-lava-flowLlegada del flujo de lava a la primera vivienda de Pahoa. Foto: BRUCE OMORI/PARADISE HELICOPTERS/EPA

Por suerte estos flujos de lava basáltica, aunque pueden alcanzar grandes distancias, no han representado algún peligro para la vida humana en Hawai’i. Y por lo general es así. Los frentes de lava basálticos pueden viajar hasta a 10 km/hora en pendientes pronunciadas, aunque en general avanzan a menos de 1 km/hora en pendientes suaves. Según el Observatorio Vulcanologico de Hawai’i (HVO), el flujo en Pahoa ha alcanzado temperaturas mayores a los 1000 grados centígrados y se ha registrado un número inquietante de explosiones de metano. La materia vegetal en descomposición produce gas metano que puede viajar a través del subsuelo más allá del frente de lava en distintas direcciones, acumulándose en bolsones que pueden prenderse fuego.

El caso de Hawai’i es un caso bastante distinto al de los volcanes de los Andes, en donde casi nunca las coladas de lavas son el problema, como si lo son la caída de cenizas, los lahares, los flujos piroclásticos, entre otros. Sin embargo, es una muestra más, de cómo aún en el caso de los volcanes tranquilos como los hawaiianos, éstos representan un riesgo para las comunidades que los habitan. O mejor, como muchos hawaiianos creen, es Pele la diosa de los volcanes quien reclama cada tanto su tierra:

«Si vas a vivir en un volcán, todo tiene que ver con ella, no con nosotros. Si ella quiere su tierra de vuelta, entonces sal de su camino. Yo lo llamo el ´impuesto del paraíso´.»

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