A partir de una investigación presentada en Nature por científicos de la Universidad de Oslo y de la Universidad de Houston, se plantea nuevamente la estrecha relación entre la localización de diamantes y las plumas del manto terrestre.
Los diamantes que se forman a condiciones de alta presión y temperatura entre los 140-190 Km de profundidad se encuentran generalmente en rocas ígneas plutónicas como la Kimberlita o la Lamproíta.
Según el informe, las plumas del manto, que se cree se originan en la base del manto terrestre, son responsables de la distribución de prácticamente todas las kimberlitas que han llegado a la superficie tras ser impulsadas a través de cratones (áreas estables de la litosfera continental que tienen más de 2.5 millones de año de antiguedad y una potencia de unos 300 kilómetros) bajo ciertas condiciones específicas, un parámetro que permitirá mejorar y refinar la búsqueda de fuentes de diamantes. Estas áreas han generado un gran interés ya que zonas de las que se extrae kimberlitas con mayor viabilidad económica.
Kevin Burke, de la Universidad de Houston comenta que:
Nuestro enfoque es nuevo, ya que combina las observaciones del interior de la Tierra desde la sismología con la evidencia de cómo las placas tectónicas se han movido sobre la superficie de la Tierra durante los últimos 500 millones de años. He estado interesado en las plumas del manto desde que fueron propuestas por primera vez en 1971. Hace unos 10 años, me di cuenta de que podría haber un vínculo entre la estructura definida sísmicamente en el límite núcleo-manto y rocas volcánicas en la superficie de la Tierra y ya de las cuales se había hablado previamente de su vinculación con las plumas del manto. Inmediatamente me di cuenta de cómo puede ser comprobada la existencia de este vínculo.
Los científicos utizaron reconstrucciones de placas e imágenes tomográficas para demostrar que los margenes de las mayores heterogeneidades en el manto más profundo, estable por al menos 200 millones de años y posiblemente 540 millones de años, parecen haber controlado la erupción de la mayoría de kimberlitas en el Fanerozoico.
Esta reconstrucción les permitió confirmar la relación entre la ubicación de las kimberlitas y las plumas del manto terrestre.
Me parece interesante el planteo de este vínculo entre diamantes y plumas, que si bien desde hace algunos años se venía discutiendo, ahora va tomando más forma con investigaciones que se van haciendo en distintas partes. Sin embargo, la conclusión del informe me inquieta un poco:
Inferimos que la futura exploración de kimberlitas y los diamantes incluidos en ellas, debe concentrarse en los continentes con cratones antiguos que alguna vez superpusieron estas zonas de generación de plumas en el limite núcleo-manto.
Las zonas en color naranja representan los cratones antiguos/ USGS
Evidentemente esto incluye a continentes como África en donde lamentablemente en muchos países ha habido poca regulación en cuanto a la extracción de diamantes y eso ha derivado en sin número de conflictos sociales, políticos e incluso ha servido para financiar guerras en las que han muerto miles de civiles por medio de los llamados Diamantes de Sangre. No vaya ser que su belleza sea opacada por cómo y en qué condiciones se explotaron, ojala las recomendaciones de informes cómo éste, sean tomadas con moderación y sobre todo se impulse tanto en los países donde se explotan como aquellos países que los compran, un mayor control sobre el comercio de los diamantes.